Hangxiety

Quedas con tus amigxs, bebes unas birras, luego unas copas, y cae algún que otro chupito. Acabas saliendo de fiesta (o no), y te despiertas al día siguiente habiendo dormido poco, con el corazón aceleradísimo, la respiración muy rápida, una presión en el pecho y con pensamientos negativos sobre lo que pasó ayer.

¿Por qué bebí tanto? Ahora me siento culpable…

A esta serie de síntomas que menciono antes, le han puesto el nombre de ‘hangxiety’, por ‘anxiety’ (ansiedad) + ‘hangover’ (resaca) en inglés y según un estudio por la Universidad de Utrech le pasa a un 12% de personas, ¿flipas no?

Te explico un poco qué nos pasa exactamente…

El alcohol es una sustancia depresora, esto quiere decir que reduce la actividad de nuestro sistema nervioso (cerebro), causando que muchas funciones, como la presión de la sangre o el ritmo cardíaco disminuyan también.

Esto se debe a que los receptores GABA (encargados de inhibir la actividad neuronal) aumentan con el consumo de alcohol, por lo que las respuestas de estrés, preocupación o miedo se ven reducidas también. 

Cuando dejamos de beber, y disminuye el nivel de alcohol en sangre, nuestro organismo en la búsqueda del equilibrio y de vuelta a la normalidad, experimenta una serie de cambios.

El primero es que la liberación del GABA disminuye notablemente por lo que de repente se encuentra que todas aquellas funciones que antes estaban inhibidas empiezan a dispararse.

Se libera cortisol por lo tanto aumenta también la respuesta de estrés y lo sentimos física y mentalmente. 

Varios autores de hecho describen la resaca como un estado de estrés mental y físico.

Además, la falta de sueño y de alteración a nuestro sistema circadiano también afectan a nuestras funciones cognitivas por lo que nuestra gestión de los síntomas asociados al estrés y a la ansiedad se ven reducidos. Empeorando todo un poco más.

¿Qué podemos hacer?

Como profesional de la salud por supuesto voy a decirte lo primero que puedas considerar eliminar (o como mínimo reducir) el consumo de alcohol, pero si ya lo has hecho y lo que quieres son soluciones, lo primero es la hidratación: beber mucha agua.

Luego alimentarte bien, con comida sana (no comida chatarra que se que es lo que te apetece) para que no aumenten los niveles de azúcar en sangre que empeora la resaca.

Mover un poco el cuerpo, saliendo a caminar o haciendo un poco de deporte suave en casa.

Y por último, sé amable contigo, esos pensamientos obsesivos y culpabilizantes suceden dado el estado de tu cerebro por buscar el equilibrio, intenta hablarte con compasión y comprensión.

Un abrazo.

Si quieres ampliar la información te dejo aquí una serie de artículos que hablan del tema:

María José SantiagoComentario